La catequesis y su desarrollo, tiene varias dimensiones.

Una que interpela a todos los catequistas, se refiere al “como” hacerla;
cómo llevarla a cabo en cada encuentro, cómo trabajar con cada grupo, cómo presentar
el Mensaje según nuestro tiempo actual…
Estas y muchas otras preguntas, fueron el foco del taller que realizamos en San Isidro,
durante dos jornadas. En ellas, un grupo de catequistas entusiastas y alegres,
intercambiaron sus experiencias y las múltiples modalidades con las que realizan esta
tarea.

Así, llevamos adelante un taller, entendido como una construcción colectiva, que se fue
haciendo entre todos, que nunca es igual, que tiene las particularidades que cada grupo
le imprime.
En este ir haciendo, el catequista animador, presentó un conjunto de actividades que
invitaron a la acción, para pasar luego, a la reflexión.
El nombre, “La dimensión pedagógica- comunicacional de la catequesis”, acentuó dos
variables: el campo de la Pedagogía, procedente de la Ciencias de la Educación,
destacando el acompañamiento del otro que está en proceso de descubrimiento y de
búsqueda; y el de la Comunicación fundamentada en el diálogo y la misericordia, desde
la alteridad.

Hicimos la experiencia de jugar y poner el cuerpo para la representación de situaciones
y pensamientos, y esto hizo posible una interpretación distinta de cuanto acontece a
diario.

Nos preguntamos acerca de los grandes desafíos que afrontamos en nuestro hacer
catequístico.
La Palabra de Dios, desde dos personajes significativos; el Ciego de nacimiento y la
Samaritana, actualizaron el MODO; la manera de Jesús, tan simple y eficaz.
Revisamos la necesidad de recuperar toda situación humana sin prejuicios y nos
detuvimos en ella, para albergarla como un punto de partida fundamental.
Las jornadas provocaron una gran variedad de posibilidades para reiniciar nuestra
misión evangelizadora, convencidos de que no hay un único camino y que cada uno de
nosotros, puede crear el propio.

María Luisa Landgrebe. (Catequista)